Marzo 2020 - No podemos callarnos también Fortourslovers Nos gustaría compartir nuestro pensamiento con usted de la manera más sensata posible, en un momento tan delicado y crítico.
El impacto en la humanidad que tiene el virus Covid-19 es devastador y quedará grabado en nuestra memoria para siempre.
¿Quien lo hubiera pensado? Una pandemia de esta magnitud ha sido predicha en el pasado por muchos hombres ilustres, desde Bill Gates, hasta el escritor Dean Koontz en su libro Los ojos de la oscuridad, hasta el autor de Spillover, David Quammen; También hemos visto pandemias en algunas películas exitosas, desde Army of the Apes de Terry Gilliam en 1995 hasta 28 Days Later de Danny Boyle en 2002. Pero ninguno de nosotros ha pensado que la ciencia ficción algún día podría convertirse en realidad.
Muchas veces en el pasado el mundo se ha visto afectado por importantes pandemias, desde la peste negra de la Edad Media, pasando por la gripe española de la primera posguerra, pasando por las más recientes MERS y SARS, las infecciones del nuevo milenio, hasta el ébola más cercano que sacudió África. Pero nunca habíamos visto un contagio viral de dimensiones tan poderosas y de gran envergadura, por la velocidad con la que fluyen los números en los periódicos, que por hora galopan más rápido que el tiempo.
Lo que estamos viviendo estos días es una guerra contra el enemigo nr. 1: el coronavirus Covid-19.
El mundo se ha congelado, los cielos se han liberado de los gigantes del acero, las calles se han vaciado, las casas se han llenado, el movimiento natural de pueblos entre los países del mundo se ha borrado. ¡Ya no viajas!
Ni en el extranjero ni cerca de casa. Nos detuvimos y desconcertados obedecimos las órdenes dadas por nuestros gobernadores quienes, mediante ordenanzas urgentes, tomaron de la mano a sus ciudadanos y con dificultad aseguraron que "todo irá bien" acompañándolos a sus casas. Los numerosos infectados son asistidos constantemente por ángeles con batas blancas, tan valiosos ahora y poco apreciados en el pasado.
Hoy solo nos queda esperar a que evolucione la emergencia y con el corazón en la mano observar esos féretros, numerosos féretros, que salen de los hospitales y van a los crematorios. Porque ya no hay lugar para los enfermos, incluso cuando están muertos.
El hombre no puede permanecer inmovilizado por mucho tiempo, no forma parte de su ser y de su instinto natural de movilidad, estimulación, exploración y descubrimiento. Llegarán los tiempos de empezar a vivir de nuevo y volver a salir a la calle, los investigadores corren contra el tiempo para salir cuanto antes con una cura eficaz y una vacuna que lo resuelva todo.
Es un evento único, todos los países del mundo están en la misma situación, incluso si China y nuestro país están pagando más que los demás. Pero los números están creciendo rápidamente en todas partes. Solo mediante el análisis de los eventos y la rapidez de la propagación en los primeros brotes del virus Covid-19 será posible frenar las cifras en los países donde las infecciones acaban de comenzar.
Empezaremos a viajar de nuevo, más que antes. Porque no hay más tiempo, porque corremos el riesgo de perder la libertad de descubrir nuevos mundos, que recién ahora sentados en nuestros sofás de casa hemos comprendido lo precioso que es.