Un fin de semana cerca de la capital de Honduras

    Un fin de semana cerca de la capital de HondurasPasa un fin de semana en la capital de Honduras entre los pueblos coloniales de Santa Lucía y Valle de Ángeles y las reservas de Yuscaràn y La Tigra.

    Dos o tres días son suficientes. El tiempo necesario para visitar los alrededores de la capital de Honduras y sus bucólicos paisajes. Los pueblos coloniales de Santa Lucía y Valle de Ángeles, ambos muy pintorescos y que ofrecen excelentes oportunidades para ir de compras y luego las reservas de Yuscaràn y especialmente La Tigra son destinos ideales para los amantes de la observación de aves y los amantes de las aventuras.



    Santa Lucía Es un antiguo y encantador pueblo minero español situado en la cima de una colina. Callejones adoquinados y calles peatonales serpentean a lo largo de la ladera, entre casas y tiendas de estilo colonial. La plaza principal adornada con una fuente y un jardín inglés es un lugar ideal para degustar un licuado (jugo de frutas con hielo). Prácticamente todos los fines de semana los restaurantes y tiendas de artesanía se llenan de gente que llega desde la capital de Honduras para pasar un día.

    Mientras que entre semana el ambiente es tranquilo. Lo único que hay que admirar es la fantástica vista de las colinas circundantes cubiertas de bosques de pinos y de la capital de Honduras, Tegucigalpa, que se eleva en el valle. De interés artístico es la iglesia del siglo XVIII ubicada en la ladera del cerro, en su interior se encuentran pinturas españolas y el Cristo de Las Mercedes, donado a Santa Lucía por el rey Felipe II en 1572. Habitualmente las puertas del edificio religioso se encuentran cerradas. Y en la parte trasera encontrarás una oficina y un encargado para contactar.


    Valle de Ángeles. El otro pintoresco pueblo minero español junto a la capital de Honduras es Valle de Ángeles, que se encuentra a 8 kilómetros de Santa Lucía y que cuenta con un característico centro histórico (parcialmente restaurado a su aspecto original) que data del siglo XVI. Delante de la antigua iglesia hay una plaza con una fuente que se ilumina todas las noches. Algunas de las calles cerradas al tráfico hoy son calles peatonales. La feria anual tendrá lugar el 4 de octubre.


    A lo largo de las calles hay muchas tiendas de artesanía, donde es posible comprar valiosos souvenirs artesanales hondureños a precios más bajos que en Tegucigalpa, también se venden hermosas piezas de artesanía como las en cuero trabajado a mano o diversos productos del país como el juncos de Santa Bárbara, tambores de pueblo, cerámica y terracota.

    En el Parque central se encuentra el casa de la cultura el cual puede albergar exposiciones de arte y en la entrada a la ciudad se encuentra el Museo de Santa María de los Ángeles que exhibe fotografías históricas de muchos lugares de Honduras. Desde Valle de Ángeles se puede llegar a las Cataratas de Golondrinas: la excursión es desafiante, pero vale la pena (dos horas de ida y una de regreso y el camino está bien señalizado). A la entrada de la ciudad existen algunos parques recreativos con restaurantes, piscinas y canchas de fútbol y voleibol. Se pueden organizar varias excursiones en los parques.

    Pero la auténtica perla del entorno de la capital de Honduras es sin duda la Parque nacional de la Tigra. El cual abarca 238 kilómetros de naturaleza incontaminada, bosque nuboso y bosque seco de coníferas, ríos y cascadas y muchos animales salvajes a los que no les gusta el contacto con el hombre, como pumas, armadillos y agutíes (un roedor del tamaño de un conejo).


    Hay más de 350 especies de aves, el Parque de al Tigra es el lugar más adecuado para la observación de aves en toda Honduras. Los más afortunados podrán admirar el quetzal el cual destaca por el color de su plumaje con tonalidades azules. La flora también es magnífica: árboles frondosos, plantas trepadoras, líquenes, helechos, setas de colores y miles de orquídeas.

    La accesibilidad y la presencia de senderos clasificados según diferentes criterios de dificultad son algunos de los factores que hacen que el parque sea un éxito, especialmente para las excursiones de un día, pero aquellos que opten por pasar la noche pueden encontrar un lugar en el camping. Ojo con los cambios de temperatura y ropa adecuada: también tendrás que defenderte de los muy molestos mosquitos.



    I senderos que se cruzan en el bosque hay 8 y todos son sencillos de seguir. El principal (Sendero principal) conectaba Tegucigalpa con las minas de la zona. Es la ruta más directa por el parque. Y se extiende por 6 kilómetros desde Jutiapa hasta El Rosario. Los dos primeros kilómetros se recorren por un camino de tierra utilizado ocasionalmente por los equipos de mantenimiento del parque; Luego desciende durante 4 kilómetros entre minas abandonadas, pequeños ríos y espléndidos valles, y el camino más fácil y transitado.

    Luego está el sendero de La Cascada, que toma su nombre del salto de agua de 40 metros de altura y que resulta muy pintoresco en invierno, de octubre a febrero, pero que tiene un caudal reducido en verano. Y entre las más bellas está la sendero la mina que parte desde el punto panorámico El Mirador: a lo largo de este recorrido también se pueden admirar hermosas cascadas. Encaramado en la ladera de una montaña se encuentra el pueblo de Yuscaràn, formado por sinuosas calles adoquinadas y edificios encalados, con muchas posibilidades para realizar excursiones por las colinas circundantes. Detrás Yuscarán se encuentra la hermosa reserva biológica de Yuscarán que abarca tres picos montañosos de casi 2.000 metros de altura. 


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