Cuando piensas en Grecia, generalmente piensas en sus islas más famosas: Santorini, Mykonos, Kos, Creta.
Sin embargo, hay una zona que, fuera de las rutas turísticas más populares, reserva magníficas sorpresas: se trata del Pireo, un municipio del Ática a unos diez kilómetros del centro de Atenas. La cual, generalmente un lugar de paso, alberga lugares donde vale la pena detenerse. Ubicaciones alejadas de su concurrido puerto, de sus calles siempre transitadas.
No lejos del puerto principal, por ejemplo, hay un pequeño y característico puerto deportivo: es el Puerto de Zea, que los lugareños llaman Pasalimani y que es famoso por sus paseos por el paseo marítimo arbolado. Un paseo marítimo donde pasear admirando los yates de lujo y luego detenerse en uno de los numerosos restaurantes de pescado o en un típico café con vistas al golfo Sarónico. Este es el lugar perfecto para una cena romántica. O, durante el día, descubrir la historia naval de la Antigua Grecia visitando el Museo Naval con sus modelos de barcos helénicos o el Museo Arqueológico del Pireo, con sus estatuas de bronce y cerámicas antiguas.
A poca distancia del Puerto de Zea, microlimano Se trata de un pequeño y antiguo puerto que, según los habitantes de la zona, es aún más característico de Pasalimani. Con sus yates y barcos de pesca tradicionales, sus cafés y tabernas, es el lugar perfecto para disfrutar del mejor frutti di mare del Pireo, antes de sumergirse en la animada vida nocturna.
Porque es también por su cocina que este rincón de Grecia, con su larga tradición de pescadores, merece ser descubierto. Desde las tabernas más sencillas hasta los restaurantes más refinados, cocinar aquí es un asunto serio: muchas veces no hay menú y los platos se elaboran el mismo día en base a la pesca.
Pero el Pireo alberga sobre todo algunos de los museos más bellos de Grecia. Partiendo, precisamente, de Museo arqueológico: diez salas repartidas en dos plantas, en las que los hallazgos están ordenados cronológicamente a partir de la época micénica. Y luego el Museo Navaly el Museo del Ferrocarril Eléctrico del Pireo. Lugares originales, para descubrir una cara nueva y fascinante del país.
Para una vista extraordinaria, el lugar correcto es Irrigar, Pueblo montañoso donde el tiempo parece haberse detenido. Tiene calles estrechas, discotecas tradicionales, pequeñas tiendas. Pero, sobre todo, ofrece una vista de cuento de hadas de la bahía, que se puede admirar mientras se saborea el típico capuchino helado con sabor a canela. Y si, después de días de visitas a museos y banquetes de pescado, quisiera darse un baño en aguas turquesas -capaces de dar envidia al Caribe-, con una corta navegación desde los puertos del Pireo podrá llegar a angustia, Islote del archipiélago Sarónico en el corazón del Golfo Sarónico, entre Egina y el Peloponeso. Un lugar de cuento, auténtico e incontaminado.