El mundo subterráneo que se esconde bajo la ciudad de Londres está a punto de revelar uno de sus secretos más profundos: es el Correo ferroviario, una metro 37 kilómetros de largo, antiguamente utilizado por Servicio postal de correo real para transportar cartas y paquetes bajo tierra.
La línea entró en servicio en 1927 y discurría entre ocho importantes centros de clasificación, como Paddington y Liverpool Street.
El Rail Mail era una versión real en miniatura del metro "oficial" de Londres, destinada a pasajeros. La vía del tren cerrado en 2003 debido a su escaso uso: en su apogeo llegó a transportar 4 millones de cartas al día.
Poco ha cambiado desde el cierre de los túneles, donde quedaron abandonados en las estaciones, tal como estaban los antiguos vagones, como si estuvieran listos para partir. Una posibilidad remota, que hoy se hace realidad.
Estos días se ha dado el anuncio: una parte del correo ferroviario en primavera del 2017 reabrirá como atracción turística, anexo a un nuevo museo postal. El billete básico costará 9 libras, que pasarán a ser 14 para aquellos que quieran experimentar la emoción de dar un paseo en uno de los antiguos carruajes por los túneles abandonados.