Cerrado durante 16 meses, el Parque Nacional Volcán Poás – joya de Costa Rica – reabre sus puertas. Y se convierte en un destino imperdible para los turistas que visitan el país.
Con un nuevo sistema de reservas online y nuevas medidas de seguridad, el famoso parque nacional costarricense ha dejado atrás elerupción volcánica de abril de 2017, lo que obligó a cerrar. Y ha vuelto a acoger de nuevo a los turistas, atraídos por su extraordinario paisaje.
Treinta millas al norte de la capital, San José, el Parque Nacional Volcán Poás cubre 16.000 acres en la provincia de Alajuela. Durante mucho tiempo ha despertado una enorme fascinación entre los turistas por el volcán que alberga en su corazón, pero también por ser un lugar de fácil acceso para quienes pretenden caminar en medio del bosque, lejos del caos de la ciudad. . Hoy, el hogar del Poás (uno de los 6 volcanes activos del país), ha reabierto sus puertas.
Desde el pasado mes de agosto es posible volver a cruzar el umbral del espléndido parque. Un parque que se ha vuelto seguro gracias al uso de sensores de humo que, en tiempo real, avisan a los turistas de la presencia o ausencia de gases tóxicos procedentes del cráter. La entrada también se puede reservar online, a través de un sitio diseñado específicamente para una gestión de acceso más organizada y controlada: Los turistas ahora se dividen en grupos de 50 y pueden permanecer dentro del observatorio un máximo de 20 minutos. ¿El costo del boleto? 13 euros.
Después de todo, el Poás siempre ha sido uno de los lugares naturalistas más visitados del país. Y no sólo porque sea fácil llegar hasta él, sino sobre todo por su sugerente posición rodeada de bosques. De naturaleza basáltica y 2.708 metros de altura, tiene una diámetro de 1.5 km y una profundidad de 300 metros. En el fondo hay un lago del que emergen gases sulfurosos, mientras que un segundo cráter (el Botos) alberga otro lago de aguas frías.
Visitar el parque que protege el cráter ahora vuelve a ser posible. Y es una oportunidad imperdible para conocer uno de los parajes naturales más bellos del continente americano (y más allá). Con ese escalofrío de adrenalina que da la conciencia de que -ese volcán- sigue muy activo.