Vacaciones en Port El Kantaoui, el centro turĂstico del este de TĂșnez, entre playas, hoteles de lujo, campos de golf y tiendas de artesanĂa
Casas bajas de paredes blancas y un paseo marĂtimo donde se suceden hoteles y restaurantes. Y luego un centro ruidoso formado por calles estrechas y tiendas de artesanĂa y souvenirs y un pequeño puerto con cientos de amarres. Todo esto es Port El Kantaoui, una pequeña ciudad turĂstica mĂĄs o menos a medio camino de la costa oriental de TĂșnez, no lejos de las mĂĄs conocidas Susa y Monastir.
En cualquier estaciĂłn del año, mĂĄs o menos en cualquier Ă©poca, Puerto El Kantaoui estĂĄ animado por un ir y venir de personas, colores y voces. Son locales, comerciantes de todo tipo de mercancĂas y, sobre todo, turistas. Muchos turistas. De todas las nacionalidades. Baste decir que el pueblo ni siquiera existiĂł hasta hace unos cuarenta años, y fue construido en 1979 especĂficamente como complejo turĂstico.
Si TĂșnez es el destino de tu prĂłximo viaje y te encantan las vacaciones llenas de mar, comodidad y diversiĂłn, entonces Port El Kantaoui podrĂa ser para ti. Las playas son las del Golfo de Hammamet, de arena blanca y agua cristalina; No faltan hoteles de lujo, restaurantes, discotecas y bares, ni siquiera plazas de atraque. Y ciertamente no te aburrirĂĄs.
No es un pueblo rico en historia y tradiciones como los demĂĄs del paĂs, es cierto, pero te fascinarĂĄ cĂłmo su arquitectura, aunque moderna, consigue recordar la de los pueblos clĂĄsicos de estilo tunecino. En el central de Port El Kantaoui, lleno de pequeñas tiendas, encontrarĂĄs los tĂpicos edificios bajos, de color blanco y azul, con una medina, calles estrechas con adoquines y arcos. Y luego el paseo marĂtimo, con los grandes hoteles, los complejos de condominios y el muelle en forma de U, con embarcaciones de todos los tamaños.
Port El Kantaoui es perfecto para los amantes del mar y las familias. Las playas son amplias, de hasta 50 metros, de arena fina, establecimientos balnearios dotados de todos los servicios y también tramos de playa libres. Hacia el sur, el lido de la ciudad se une al de Susa, menos concurrido y frecuentado principalmente por lugareños.
Para los mĂĄs atrevidos e incansables, no faltarĂĄn oportunidades de diversiĂłn, con instalaciones que ofrecen actividades deportivas, especialmente acuĂĄticas, de todo tipo, desde snorkel hasta buceo, desde esquĂ acuĂĄtico hasta parapente. Pero no es suficiente. los fans de golf EncontrarĂĄn un verdadero paraĂso en Port El Kantaoui. En la zona, de hecho, hay varios campos e incluso hay un campo de campeonato de 36 hoyos, homologado por el PGA Tour, organizaciĂłn que gestiona los principales circuitos de golf profesionales de Estados Unidos.
El pueblo de Port El Kantaoui es muy acogedor, con una hermosa fuente en la plaza principal y muchos restaurantes, cafeterĂas, tiendas y bares. La zona central es perfecta para ir de compras, especialmente si quieres llevarte a casa piezas de artesanĂa local y algunos souvenirs. Aunque en realidad todo es econĂłmico, especialmente en comparaciĂłn con los estĂĄndares europeos, no olvidemos que los precios siempre deben negociarse, como dicta la tradiciĂłn tunecina.
Cuando se canse del mar y de las compras y quizĂĄs quiera descubrir algunos aspectos nuevos de la historia y la cultura del autĂ©ntico TĂșnez, haga un viaje a Susa, a unos diez kilĂłmetros al sur de Port El Kantaoui. Su medina, el centro histĂłrico de la ciudad, con sus zocos, mercados y calles estrechas, fue incluida en el patrimonio mundial de la UNESCO en 1988. AllĂĄ Medina de Susa se alza sobre la ladera de una colina, justo frente al mar, y estĂĄ atravesada de un lado a otro por zocos, parcialmente cubiertos, en los que se alternan tiendas de artesanĂa y cafĂ©s ĂĄrabes. Entre sus estrechas calles, cerradas entre las murallas medievales, parece respirar una atmĂłsfera de tiempos pasados.
Justo en la cima de la colina, dominando toda la medina, se encuentra la Kasbah con su alta torre cuadrada, la Tour Khalef, desde donde se puede disfrutar de un esplĂ©ndido panorama de la ciudad y el interior. Los mĂĄs curiosos podrĂĄn admirar las maravillas de Museo ArqueolĂłgico de la Kasbah, que alberga bellos mosaicos romanos; y el Museo de Artes y Tradiciones Populares, una especie de museo de cera que cuenta la historia de la vida cotidiana de los habitantes de Susa y sus artesanos. Tampoco hay que perderse en la ciudad la gran mezquita, la iglesia de San Felice y luego, no lejos de la medina, las catacumbas, con 240 galerĂas funerarias que se extienden a lo largo de cinco kilĂłmetros.