Tiene un pasado aristocrático, El Born. Tiene un encanto único, y monumentos imperdibles. Es por esto que todo el mundo, durante un fin de semana en Barcelona, debería optar por visitarla.
Si antaño fue una zona de posesiones nobiliarias, hoy El Born es el distrito artístico de la ciudad: lo habita una animada comunidad de artistas, está diseñado por una sucesión de galerías de arte, pequeños y grandes museos y espacios culturales. Su corazón es irreverente, descarado y visitarlo es toda una experiencia. Que todo aquel que llegue a Barcelona no puede perderse.
¿Dónde se encuentra El Born? Adentro Sant Pere/Santa Caterina, que alguna vez fue una zona de clase trabajadora y hoy es un rincón bohemio de la ciudad, con sus tiendas de artesanía y galerías de arte. Así como sus lugares para quedarse hasta altas horas de la noche. De Sant Pere/Santa Catarina, el Born es la zona atractivo, enclavado entre sus vecinos más famosos: La Barceloneta y El Gòtic sobre todo. A diez minutos de Las Ramblas, se encuentra Se puede llegar en metro eligiendo entre las paradas de Barceloneta y Jaume I.
Conocido por la mayoría con el nombre de La Ribera, es uno de los lugares más elegantes de toda Barcelona. ¿Qué hacer aquí? En definitiva, un paseo por la Calle Montcada. En la calle se encuentra uno de los museos más bellos de la ciudad, el Museo Picasso, que contiene una amplia colección de obras del artista español. Y aunque los turistas vienen aquí esencialmente para visitar este museo -ubicado en cinco edificios medievales adyacentes-, es haciendo un recorrido por sus alrededores donde El Born se revela en toda su belleza más auténtica.
Por ejemplo, en la zona se encuentra el Mercado de Santa Caterina, la alternativa más auténtica a la famosa La Boquería: fue inaugurado en 1848, y es el mercado cubierto más antiguo de la ciudad. La reciente reforma no le ha quitado en nada su carácter de mercado tradicional catalán, donde disfrutar de delicias e ir de compras, lejos de las tiendas de marcas internacionales.
Su techo ondulado está hoy cubierto con 325.000 baldosas cerámicas de 60 colores diferentes, para representar los colores de las frutas y verduras que se venden en su interior. Y la vista, entre los edificios góticos, es extraordinaria.
Situado entre el centro y la playa, en constante equilibrio entre el pasado y el presente, El Born es un barrio que merece ser descubierto. Y eso hay que experimentarlo para entenderlo plenamente.