El sitio arqueológico de Machu Picchu, en Perú, ha reabierto al turismo tras meses de cierre por el Covid. Y lo hizo con un espectáculo increíble, digno de una de las siete maravillas del mundo moderno.
En el imaginario colectivo, Machu Picchu es lo que queda de una antigua ciudad perdida, pero es conocida por sus imponentes ruinas, pero también por la impresionante vista que tiene sobre el valle de Urubamba.
El evento fue organizado por la Ministra de Turismo, Rocío Barrios, y el Ministro de Cultura, Alejandro Neyra, a quienes se sumaron varias autoridades más, desde la Ministra de Medio Ambiente Kirla Echegaray hasta el gobernador del Cusco, Jean Paul Benavente, pasando por el Alcalde de Machu Picchu, Darwin Baca.
La ceremonia de reapertura del sitio fue también una oportunidad para conferir la marchio “Viajes seguros” que Machu Pichu ha obtenido, como garantía de un lugar seguro para los turistas gracias a los protocolos de seguridad implementados tanto en la estación de tren de Aguas Calientes, a donde llega la mayoría de visitantes, como en los restaurantes de la zona, en los hoteles, en las medios de transporte hasta el ingreso a la ciudadela y en todo el sitio histórico.
Ya en 2019 las autoridades locales habían cambiado las normas de acceso, permitiendo solo un pequeño número de visitantes (675 personas por día, un 30% menos que la capacidad máxima) respetando rigurosos protocolos de seguridad para preservar tanto la salud como la de visitantes y trabajadores.
Hace apenas unos días el sitio Machu Pichu obtuvo otro reconocimiento muy importante: logró reducir las emisiones de CO2, convirtiéndose así en el primer destino turístico cero emisiones del mundo.
El icónico sitio inca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el tercer sitio arqueológico más grande del mundo, nuestros sitios de Pompeya y Ostia Antica.