laAlbania Se trata de un país sorprendente que, a pesar de no ser muy extenso, encierra en su territorio numerosas maravillas como yacimientos arqueológicos, apasionantes paisajes naturales, maravillosos balnearios y pueblos antiguos donde el tiempo parece haberse detenido.
En los últimos años está volviendo a tomar protagonismo como destino vacacional, especialmente de verano, hasta el punto de que algunos de sus lugares que antes eran un secreto son ahora destinos cada vez más buscados por los turistas, pero que afortunadamente mantienen intacto su encanto. Un ejemplo de ello es el monumental y extraordinario Playa de Gjipe.
Donde esta
La playa de Gjipe es un regalo para la vista que cobra vida en el sur del país y, concretamente, entre las ciudades de Ilias y Vunò, a unos 50 kilómetros de la frontera con Grecia. En esencia, no se encuentra demasiado lejos de la playa de Dhermi, más famosa pero igualmente hermosa, pero a diferencia de esta última conserva su autenticidad más pura.
De difícil acceso, sigue siendo -aunque mucho menos que en el pasado- una playa semidesierta que parece querer catapultar a su visitante a una isla perdida en el aire. Un destino que aún no está masificado, pero que, dada su indiscutible belleza, está llamado a convertirse en uno de los lugares más visitados de la costa sur de Albania. Esto significa que para captar el máximo de su esplendor es necesario visítelo lo antes posible.
Que esperar
La playa de gijpe es un lugar de belleza milenaria. No bromeamos, porque es fruto del largo trabajo de la naturaleza que a lo largo de los siglos ha dado vida a un lugar de proporciones y colores perfectos.
Basta pensar que se encuentra al final de un majestuoso cañón y que está rodeado de imponentes rocas que a su vez protegen una rica vegetación. Acariciada por un agua clara y cristalina, cuenta con una arena blanca como la leche, a veces interrumpida por pintorescos cantos rodados.
Como llegar
A pesar de ser cada vez más popular entre los viajeros que eligen Albania como destino de vacaciones, la playa de Gijpe aún no está invadida por turistas y, muy probablemente, el mérito de esta autenticidad se debe a las dificultades para amarrar allí.
Al alquilar un coche, y en particular un jeep, ya que no hay carretera asfaltada para llegar hasta él, hay que llegar y girar en Monasterio de San Teodoro y tras 2,5 kilómetros llegamos a un aparcamiento desde donde sale una carretera que lleva al mar.
En realidad, en este tramo se puede utilizar un jeep, pero lo cierto es que es muy desaconsejable: el descenso es de 1,5 kilómetros y con un desnivel de 135 metros, lo que no es ideal para los que tienen miedo a las alturas. Mejor a pie, también para admirar los distintos búnkeres a lo largo del camino que lamentablemente son testigos de un pasado triste pero que de alguna manera, gracias al contraste con los colores vivos de la naturaleza circundante, logran dar esperanza.
Si no dispones de transporte propio, puedes subirte a un autobús que pasa por Dhermi o Saranda. El consejo en estos casos es pedir ayuda al conductor porque hay que bajar en la curva hacia Gjipe. Desde aquí la distancia es de 4 kilómetros.
Otras formas de llegar a este paraíso llamado Gjipe son en barco o kayak.
Senderismo Cañón Gjipe
Puedes hacer senderismo en el Cañón del Gjipe, pero hay que ser conscientes de que es muy difícil y que por tanto es necesario ser auténticos expertos. La ruta comienza cerca de la carretera principal, y como el camino de regreso a través del cañón es prácticamente imposible -a menos que dejes cuerdas colgando de las rocas durante el descenso- lo mejor es combinar esta experiencia con pasar la noche en esta idílica playa.
El "paseo" a través del cañón es de 2,5 kilómetros y se realiza por un camino rocoso, a menudo muy empinado y peligroso, y con necesidad de escalada en algunos lugares.
En resumen, el Playa de Gjipe es un sueño espléndido que se hace realidad, pero para alcanzarlo hay que trabajar un poco.