Pocos saben que en toda Europa existe un solo río al que aún no ha llegado la intervención humana. No hay construcciones a lo largo de su curso y las aguas aún son puras.
Es la Río Voiussa, en albanés Vjosë, en griego Aóos. Nace en el noroeste de Grecia, en la cadena del Pindo, en Epiro, por donde discurre aproximadamente 80 de sus 272 kilómetros, desembocando en Albania. Tras cruzar la frontera entre los dos estados, llega al sur de Albania, serpentea por los Balcanes y desemboca en el canal de Otranto, 24 km al norte de Vlora.
La zona atravesada por el río se llama Corazón azul de Europa, debido al río y sus afluentes que configuran su perfil. Este río ofrece destellos de extraordinaria belleza y pasa por algunos de los lugares más bellos de la península de los Balcanes. El paisaje es espectacular. Prístino.
Este paraíso terrenal pronto podría desaparecer. Los programas del gobierno albanés incluyen la construcción de 36 presas y el secado de algunos tramos del río, lo que desfiguraría los parques nacionales por los que pasa el Voiussa y crearía daños irreparables a los ríos, a la vida y a las comunidades que viven cerca su curso, además de arruinar el turismo que se está desarrollando en esta zona.
En los Balcanes existe una biodiversidad increíble, todavía viven varias especies en peligro de extinción, como el lince por ejemplo, que podrían desaparecer. Además, todavía se pesca salmón fresco y, si desaparecieran tramos enteros de cursos de agua, también desaparecerían.
Albania está viviendo su época dorada, el número de turistas que empiezan a visitar el país, precisamente porque es un lugar aún incontaminado, crece constantemente. Los visitantes se sienten atraídos no sólo por el mar y las playas, sino también por los lagos, montañas, valles y bosques. Muchos consideran que Albania El último rincón secreto de Europa..
A lo largo del río hay caminos de mulas, caminos y puentes para cruzar a pie, por donde antiguamente pasaban los comerciantes con sus mulas cargadas de mercancías. Algunas son obras maestras de la ingeniería, como la escalera Vradetho o los triples arcos del puente Kalogerico.
En el camino se encuentran iglesias ortodoxas, como el monasterio de Stomio donde todavía viven algunos monjes. Toda esta zona, entre Grecia y Albania, ha pasado a formar parte de la lista de geoparques deLa Unesco, por sus características naturales e históricas únicas.
Más de 3500 kilómetros cuadrados, en parte formados por parques nacionales, con una vegetación que va desde la flora mediterránea hasta la alpina, donde viven 140 especies de aves, entre buitres y águilas, y 24 especies de mamíferos como osos y lobos. En definitiva, una zona que atrae cada vez a más visitantes amantes de la naturaleza.
Desde 2000, las llegadas se han multiplicado por 13, alcanzando la cifra récord de 4,1 millones. Y las cifras crecen constantemente. Arruinar un lugar prístino como este, uno de los pocos que quedan en el Viejo Continente, sería una auténtica lástima.